A lo largo del tiempo la gente se ha encariñado mas con los perros, y parece que eso hace que sean aun mas leales que de costumbre, dando a luz a unos casos de la vida real espectaculares.
los mas conocidos son:
fue una perra callejera sovietica que se convirtio en el primer ser vivo terrestre en orbitar la Tierra. Lo hizo a bordo de la nave soviética Sputnik 2, el 3 de noviembre de 1957, un mes después que el satélite Sputnik 1. También fue el primer animal que murió en órbita.
Al igual que otros animales en el espacio, Laika murió entre cinco y siete horas después del lanzamiento,
bastante antes de lo planeado. La causa de su muerte, que no fue
revelada sino hasta décadas después del vuelo (2002), fue,
probablemente, una combinación del estrés sufrido y el sobrecalentamiento
que, tal vez, fue ocasionado por un fallo del sustentador de la central
R-7, que forma parte del sistema térmico de la nave, al separarse de la
carga útil.
Aunque Laika no sobrevivió al viaje, su experiencia demostró que es posible que un organismo soporte las condiciones de microgravedad, abriendo así camino a la participación humana en vuelos espaciales.
Tras Laika, la URSS envió doce perros mas al espacio, de los cuales cinco de ellos regresaron con vida a la Tierra.
El 11 de abril de 2008,
las autoridades rusas develaron un monumento a Laika. Este pequeño
monumento en su honor fue construido cerca del centro de investigación
militar en Moscú.
balto-
Balto fue un perro mestizo de husky siberiano, nacido en el pequeño pueblo de Nome, Alaska . Considerado como el héroe de los niños del pueblo Nome. Balto ocupó los dos primeros años de su existencia en llevar comida para los menores de edad, pese a que se le consideraba como un perro bastante lento y muy poco adecuado para este trabajo. Fue castrado a sus seis meses de vida por no ser talentoso.
A principios de 1925, una epidemia de difteria, una enfermedad mortal que afecta principalmente a niños menores de cinco años, se desarrolló en la aldea.
Se requirió penicilina urgentemente en todos los hospitales de la zona, por telegrama, las autoridades se enteraron que había algunas existencias en la ciudad de Anchorage, a más de 1000 millas (1609 kilómetros) de allí.
Ante la dificultad de salvar dicha distancia para el traslado del
suero,debido a que los mares estaban congelados no se podía llevar la
antitoxina por barco y por la gran tormenta tampoco podía llevarse por
via aerea y se elaboró un plan: trasladar la antitoxina en ferrocarril
desde Anchorage hasta Nenana y desde allí llevar los medicamentos en trineo arrastrado por perros hasta Nome recorriendo 1000 kilometros. Participaron 20 mushers y más de 100 perros, entre los que estaba Balto(formaba parte del escuadrón b, liderado por Gunnar Kaasen)
La prensa se apasionó con esta historia e hizo de Balto el nuevo héroe de la nación. Apareció en las portadas de los periódicos de todo el mundo, y al final de ese año, una estatua, obra de FG Roth, se erigió en Central Park de Nueva York con la inscripción: "Resistencia - Fidelidad - Inteligencia"
En 1927 fue llevado al zoológico de Cleveland, junto con los otros canes del Suero de Nome de 1925 (que gran agradecimiento, verdad?) a pasar sus últimos años.
Balto falleció el 14 de marzo de 1933, con 14 años de vida.
hachiko-
Hachikō (Odate, 10 de noviembre de 1923 - Tokio, 8 de marzo de 1935) fue un perro japonés de raza akita, recordado por su lealtad a su amo, el profesor Eisaburō Ueno, incluso varios años después de la muerte de este.
Hachikō nació en una granja cerca de la ciudad de Odate, en la Prefectura de Akita
A principios de 1924, Eisaburō Ueno, profesor del Departamento de Agricultura en la Universidad de Tokio,
le fue regalado, pero a raíz de la muerte de una perra anterior, que
les fue muy triste, no quería conservarlo, pero su hija adolescente,
insistió. Hachikō fue enviado dentro de una caja desde la prefectura de
Akita hasta la estación de Shibuya
(un viaje de dos días en un vagón de equipaje). Cuando los sirvientes
del profesor lo fueron a retirar, creyeron que el perro estaba muerto.
Sin embargo, cuando llegaron a la casa, el profesor le acercó al perro
una fuente con leche y este se reanimó. El profesor lo recogió en su
regazo y notó que las patas delanteras estaban levemente desviadas, por
lo que decidió llamarlo Hachi (‘ocho’ en japonés)
La hija del profesor abandonó la casa paterna al quedar embarazada y
casarse, para irse a vivir a la casa paterna de su esposo. El profesor
pensó en regalar a Hachi, pero pronto se encariñó con el perro, que lo
adoraba enérgicamente.
El perro lo acompañaba a la estación para despedirse allí todos los días
cuando su dueño Ueno iba al trabajo, y al final del día volvía a la
estación a recibirlo. Esta rutina, que pasó a formar parte de la vida de
ambos, no fue inadvertida ni por las personas que transitaban por el
lugar ni por los dueños de los comercios de los alrededores.
Esta rutina continuó sin interrupciones hasta el 21 de mayo de 1925, cuando el profesor Ueno sufrió un paro cardiaco mientras daba sus clases en la Universidad de Tokio,
y murió. Esa tarde Hachikō corrió a la estación a esperar la llegada
del tren de su amo, y no volvió esa noche a su casa. Se quedó a vivir en
el mismo sitio frente a la estación durante los siguientes 9 años de su
vida. Conforme transcurría el tiempo, Hachikō comenzó a llamar la
atención de propios y extraños en la estación; mucha gente que solía
acudir con frecuencia a la estación habían sido testigos de cómo Hachikō
acompañaba cada día al profesor Ueno antes de su muerte. Fueron estas
mismas personas las que cuidaron y alimentaron a Hachi durante ese largo
período.
La devoción que Hachikō sentía hacia su amo fallecido conmovió a los que lo rodeaban, quienes lo apodaron el perro fiel.
En abril de 1934, una estatua de bronce fue erigida en su honor en la estación Shibuya, y el propio Hachikō estuvo presente el día que se inauguró.
El 8 de marzo de 1935, Hachikō fue encontrado muerto frente a la
estación de Shibuya, tras esperar infructuosamente a su amo durante
nueve años.
Al lado de la tumba del profesor Ueno, en el Cementerio de Aoyama,
Minmi-Aoyama, Minato-Ku, Tokio se construyó un monolito con su nombre.
Cuando se le hizo una autopsia (para realizar su taxidermia) en su estómago se encontraron cuatro varitas utilizadas para los yakitori (pinchos o brochetas de pollo ensartado), pero estas varitas no habían dañado la mucosa del estómago, por lo que no fueron la causa de su muerte. Las causas de la muerte de Hachiko se consideraron desconocidas, hasta que en marzo de 2011 se determinaron definitivamente: el perro había sufrido un cáncer terminal y una filariasis (infección de gusanos) en el corazón.
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